LAS CUEVAS | Morada de los primeros pobladores de Carmen de Patagones
En el andar por los caminos de la Patagonia, nos detuvimos en la Localidad de Carmen de Patagones al sur de la Provincia de Buenos Aires, atraídos por el rio negro y las bellezas del paisaje decidimos recorrer el pueblo, que según nos dicen ha sido declarado patrimonio histórico con el fin de preservar viviendas y lugar muy representativos de los comienzos poblacionales en la zona. Ya saliendo del pueblo por caminos de tierra rumbo a la desembocadura del rio en el mar para conocer la villa o el principado de“ La Baliza”, como lo llaman los lugareños. En el trayecto habiendo avanzado pocos kilómetros del pueblo nos llamo la atención, a mano izquierda del camino de ida, unas ruinas enclavadas en las rocas, acompañada por unos carteles indicando la presencia de cuevas históricas. Cuevas que construyeron los primeros inmigrantes españoles que vinieron a poblar el lugar.
Registramos con nuestras cámaras aquel lugar, solitario con un aura de cierta soledad y misterio. Avanzada la tarde y con mucho calor emprendimos el viaje al destino planeado con el firme propósito de ilustrarnos más sobre la historia, dichos y leyendas de estas cuevas.
Encontrando muy interesante el trabajo de investigación publicado por las investigadoras Casanueva y Murgo del cual extractamos estos párrafos que ilustran la imaginación con las fotos que acompañan esta introducción, que también se repite en los dichos y anécdotas de ‘viejos’ vecinos del lugar.
Extracto del trabajo de investigación arqueológica:
Las cuevas de los primeros pobladores de Carmen de Patagones, Por María Laura Casanueva** y Andrea Murgo
¿Qué nos cuenta la historia?
“Se sabe que hacia fines del siglo XVIII las posesiones de España en el Atlántico Sur se veían desprotegidas. Como intento para revertir esta situación la política de los Borbones toma consciencia de la importancia de afianzar el poder en estos territorios, amenazados por la constante presencia extranjera en los mares australes. En este contexto pueden destacarse tres objetivos de la política borbónica: realizar un relevamiento que permitiese conocer tanto el ámbito natural como a sus habitantes, buscar nuevas rutas que posibilitaran la comunicación con Chile fortaleciendo vínculos comerciales, y fundar algunos fuertes en sitios estratégicos que aseguraran la soberanía española ante las potencias enemigas, principalmente frenar la intromisión inglesa (Biedma 1887; Benedicto 1967; Porro Gutiérrez 1995; Nacuzzi 2002; Bandieri 2005: 61)”.
“Los intentos de colonización efectiva se concretaron recién hacia fines del siglo XVIII cuando, según Orden Real firmada en Aranjuez en 1778 por José de Gálvez, Ministro del Rey Carlos III de España, se establecieron tres enclaves en puntos estratégicos: Nuestra Sra. del Carmen en el Río Negro (Bahía Sin Fondo), es decir en la “entrada” a la Patagonia; su subsidiario en San José en Península Valdés y la Colonia y el Fuerte de Floridablanca en Bahía San Julián, pleno territorio costero patagónico (Biedma 1887; Benedicto 1967; Apolant 1970; Sanguinetti de Bórmida et al 2005; Senatore et al 2007).”
“Como parte de este plan de colonización, Francisco de Viedma exploró por primera vez a comienzos de 1779 la desembocadura del Río Negro, lugar donde se fundó, a unos 36 km de la costa atlántica, el fuerte Nuestra Señora de El Carmen. Inicialmente construido sobre la margen sur del río, luego fue trasladado a la margen contraria (área no inundable), caracterizada por una loma y una alta barranca de roca sedimentaria. Así se levantó la primera fortificación con su correspondiente foso estableciéndose la simiente de lo que, con el correr de los años, se transformaría en Carmen de Patagones (Biedma 1887; Levene 1941; De Angelis 1972; Nacuzzi 2002).”
“El Carmen”, fue la única colonia durante este período que logró sobrevivir, este paraje se convirtió así en un enclave fundamental desde donde se organizaban partidas para efectuar los reconocimientos del Norte de la Patagonia constituyéndose en un centro estratégico de comunicación y transacciones con los indígenas del área (Nacuzzi 2002; Bandieri 2005)”.
“Para llevar adelante este plan de colonización de la Patagonia, se utilizó un sistema de reclutamiento inédito hasta el momento, se instauró “la contrata de familias”. Es así como, en 1778, se publicó en España un bando ofreciendo a aquellas familias dispuestas a poblar la Patagonia: tierras, semillas, instrumentos y salarios que les permitieran vivir en estas tierras; estas familias viajarían por cuenta del tesoro real (Porro Gutiérrez 2005:23).”
“Ahora bien, una vez arribados a destino, los recursos económicos fueron paupérrimos y no se cumplió con lo pactado, por lo tanto los primeros colonos no tuvieron acceso a materiales para la construcción de sus viviendas debiendo solucionar este problema de habitación labrando cuevas en la arenisca sedimentada en los acantilados de la ribera del Río Negro (Biedma 1887; Ramos Pérez 1982; D`Orbigny 1999; De Cristóforis 2006).”
“Con el correr de los años las cuevas labradas por los primeros pobladores se fueron perfeccionando y haciendo más aptas para una supervivencia más confortable. Las casas recién comenzaron a levantarse a fines del siglo XVIII, cuando ya habían transcurrido casi veinte años desde la llegada de los primeros pobladores. Pero esto no significó que las cuevas fueran abandonadas, ya que ellas fueron habitadas por nuevas familias, especialmente de escasos recursos. Aún durante la segunda mitad del siglo XIX se vendían y alquilaban cuevas en Patagones (Nozzi 1983).” (Fotos: Humberto Creide, para LT)