21 noviembre 2024

Récord de emisiones globales de dióxido de carbono: ¿cuáles serán las decisiones climáticas de la COP28?

Por Rocio Wischñevsky

Récord de emisiones globales de dióxido de carbono:

¿Cuáles serán las decisiones climáticas de la COP28?

Desde el 30 de noviembre, representantes de casi 200 países están reunidos en Dubai, ciudad de los Emiratos Árabes Unidos, para llevar adelante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28). En la apertura de la cumbre, el Secretario Ejecutivo de Cambio Climático de la ONU, Simon Stiell, aseguró “si no se comienza con el fin de la era de los combustibles fósiles, se iniciará una fase terminal que acabará con la vida de las personas”.

De acuerdo a un informe del Energy Institute, a nivel global, las emisiones de dióxido de carbono procedentes del consumo energético, la extracción de petróleo, los procesos industriales y el metano alcanzaron un máximo histórico en 2022. Además, los combustibles fósiles actualmente abarcan un 82% del consumo energético.

En este contexto y en el marco de la COP28, la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) convocó en la edición Nº 21 de la revista Pulso Ambiental a especialistas de diversos sectores y países a analizar y reflexionar sobre los distintos temas que atraviesan esta conferencia, entre los que se destacan la publicación del primer Balance Mundial, la transición justa, la perspectiva de género, el financiamiento para proyectos renovables, la preservación de los humedales andinos, la Meta Global de Adaptación, los mecanismos de cooperación financiera y la justicia socioambiental. 

“La crisis climática es el desafío de nuestros tiempos y demanda una acción urgente. Los ocho años más cálidos registrados en nuestra historia fueron los del 2015 al 2022, y el 2023 presentó eventos climáticos extremos, como olas de calor, incendios forestales, lluvias torrenciales y ciclones tropicales”, remarcaron desde FARN.

En este sentido, advirtieron que en Argentina el incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y el consecuente aumento de la temperatura tuvieron impactos económicos: de acuerdo con el reporte de Climate Transparency de 2022, la pérdida potencial de ingresos en 2021 por la reducción de la capacidad laboral relacionada al calor fue de USD 603 millones, un 0,13% del PBI

La agenda climática de la COP28

Entre los aspectos destacados de esta COP, se encuentran la publicación del primer  Balance Mundial, que es uno de los principales mecanismos que tiene el Acuerdo de París para evaluar el estado de situación y de cumplimiento de los compromisos y objetivos adoptados por los países; y la adopción del marco regulatorio para la Meta Global de Adaptación, que servirá como herramienta para capturar y monitorear los esfuerzos globales para reducir impactos, riesgos y vulnerabilidades al cambio climático.

Es importante que este primer Balance Mundial pueda destacar temas clave como eliminación de los combustibles fósiles, escalar el financiamiento internacional —incluyendo la reforma del sistema financiero— y abordar la mejora de las estrategias de adaptación, así como también el financiamiento para las acciones relacionadas a los daños y pérdidas que ocasiona el cambio climático, incorporando perspectivas transversales como género y derechos humanos”, plantea en la revista Pulso Ambiental Enrique Maurtua Konstantinidis, asesor senior en Diplomacia climática, integrante del Independent Global Stocktake para América Latina y el Caribe y coordinador del grupo de Climate Action Network International del G20.

Con respecto a la Meta Global de Adaptación, María del Pilar Bueno, doctora en Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) e investigadora del CONICET, remarca que esta conferencia “será la oportunidad para el lanzamiento de un marco de la Meta que permitirá su operacionalización a través de objetivos”, los cuales permitirán volver “más tangibles sus componentes (vulnerabilidad, resiliencia y capacidad adaptativa), con compromisos concretos y ligados a los momentos del ciclo de política de adaptación (diagnóstico a través de la evaluación de vulnerabilidades, riesgos e impactos; planificación; implementación; monitoreo y evaluación)”.

En torno a la cuestión de género, Claudia Rubio y Tara Daniel, de la Organización de Mujeres para el Medio Ambiente y el Desarrollo (WEDO), explicaron que “si bien la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático ha sentado las bases para reconocer la importancia de la igualdad de género, son indispensables acciones concretas para establecer procesos inclusivos, vías de liderazgo y mecanismos de financiación”.

Frente a un contexto mundial marcado por múltiples crisis -bélica, ecológica, política y social-, un aspecto clave que se debe dar en la COP es la necesidad de impulsar una transición justa. En esta línea, Anabella Rosemberg, experta en la dimensión social de las políticas ambientales y climáticas y asesora de la Red Internacional de Acción Climática (CAN-Internacional), se pregunta: “¿es posible una transición justa?”.

“Para avanzar en una transición justa global como la que enfrentamos hay que reforzar la cooperación internacional para que todos los países estén en condiciones de apoyar a sus trabajadores y comunidades y reinventar un tejido productivo de forma coherente con la protección del ambiente”, destaca Rosemberg.

Por otro lado, Vanina Corral y Delfina Vila Moret, del área de Política Ambiental de FARN, explican en la revista que “el discurso de transición energética predominante apunta a sustituir las fuentes de energía y transporte basadas en fósiles por tecnologías ‘limpias’, intensivas en materias primas como el litio”, pero advierten que este modelo de transición incrementa la presión extractiva de los países del Norte sobre los territorios del Sur Global. Además, agregan: “Los compromisos climáticos internacionales son insuficientes para cumplir con los objetivos previstos en el Acuerdo de París y el daño a los ecosistemas avanza a ritmos récord”.

La necesidad urgente de tomar acción para hacer frente a la crisis climática y transitar hacia un sistema energético sostenible y justo precisa de  que los países desarrollados brinden financiamiento y capacidades a los países en vías de desarrollo. Durante esta COP, advierten desde la Iniciativa Climática de México (ICM), es probable que las negociaciones se dirijan a exigir a los países desarrollados el cumplimiento del compromiso hecho en la COP15, en 2009. “En ese evento se acordó que los países más ricos del mundo recaudarían USD 100.000 millones anuales a partir de 2020 para ayudar a los países en desarrollo a adaptarse al cambio climático. Sin embargo, ese es otro compromiso que no se ha cumplido”, explicaron. 

Con respecto a la falta de financiamiento, Mariana Paoli, Jefa de Política Global y Defensa de Christian Aid, enfatizó: “El actual sistema financiero internacional es incapaz de hacer frente a las múltiples crisis, incluidas la climática y la de biodiversidad, además de la creciente desigualdad”. En este sentido, Paoli advierte que, durante la cumbre, se espera que los países en desarrollo esten unidos presionando a los países desarrollados para que entreguen financiamiento nuevo, adicional y basado en subvenciones públicas.

El dinero está disponible cuando existe voluntad política, como hemos visto en la crisis inmobiliaria de 2008, la pandemia de COVID-19 y tras la invasión rusa de Ucrania. No hay excusa para no proporcionar dinero público a escala para abordar la crisis climática”, finaliza Paoli.

Por último, desde FARN explicaron que las acciones contra el cambio climático no pueden postergarse: “Nos encontramos a la mitad del tiempo dispuesto para cumplir con la Agenda 2030 y más del 50% de los países del mundo se están quedando atrás. Pensar en una transición justa requiere no solo jerarquizar la crisis climática actual, sino también repensar los patrones de consumo y producción”. 

Fuente; farn.org.ar