Liliana… “Una minera en un mundo de hombres”

Fue en el 2013- 12 años atrás…
Liliana Corina Krogeger
Tiene hoy 50 años.

Argentina, casada, con hijos muy pequeños, y muy lejos del paisaje minero a cielo abierto que la acompañó durante mucho tiempo, nos cuenta aquellas anécdotas que forman parte del diario de sus recuerdos Frio, viento, soledad, largas noches de invierno en turnos compartidos, donde el almanaque interrumpe para recordar cuanto falta para el turno del descanso, para volver a la ciudad, abrazar a la familia, los amigos.
“De solo pensarlo los ojos se iluminan, con un brillo que se opaca el día del regreso a la mina, para volver a empezar en una rutina archí conocida”, comenta Liliana.
Tiempo atrás, con su título de Analista en Recursos Humanos obtenido en la Universidad de Córdoba, regresó a su tierra natal, Río Gallegos, y comenzó su peregrinaje laboral, primer en una empresa de personal temporario, más tarde con un contrato en la Administración Pública del Gobierno de Santa Cruz, lugar que dejó vacante por no ver cumplida sus expectativas.
Era evidente que se perfilaba un espíritu de trabajo más comprometido y exigente. Pronto salió la oportunidad de trabajar para una empresa contratista de mineras.
Audaz, decidida y muy segura de sí misma, sin pensarlo dos veces comenzó a prestar sus servicios administrativos que se irían complementando, más tarde, con las tareas propias de los mineros.
Con una mirada serena y una voz pausada nos cuenta: “Me fui por un año, y estuve diez; entré como administradora de personal, administración de contratos y después todo lo que es el trabajo que genera la mina, que la rutina diaria te lo va enseñando”.

Y continúa: “Empecé haciendo10 días de campo por 5 de descanso, después 5 por 2 días, y en el turno que más tiempo estuve fue 14 días por 7 de descanso, con distintos turnos rotativos, día y noche siempre en lo que es administración”.
Después de cinco años de trabajo en Cerro Vanguardia, que está a unos 150 kilómetros al noroeste de San Julián, la empresa en la que trabajaba terminó su contrato y fue entonces que le ofreció trabajar en una operación nueva en Chile, nada menos que en el Desierto de Atacama.
Cuenta Liliana: “Me proponen irme con ellos a trabajar a la región de Copiapó en Chile, en una mina de cobre ubicada geográficamente a la altura que del lado argentino está Catamarca, y me fui; allí estuve un año y medio administrando contratos hasta que me ofrecen regresar a Argentina a una mina nueva que estaban por comenzar a explotar, pregunto el lugar, y me responden a 53 kilómetros de Gobernador Gregores, en el yacimiento Manantial Espejo”.
Le preguntamos si hay más mujeres que se desempeñen en las actividades
Mineras, y ella responde que sí, pero ahora, porque antes eran muy pocas: “Al principio en lo personal no resultó fácil, me sentía resistida, no es fácil trabajar junto a hombres porque para ellos resulta incómodo o tal vez incomprensible, pero hoy hay mujeres operadoras de máquinas que trabajan en las mineras”.
“Después, cuando conocí al amor de mi vida, sentí que era tiempo de formar una familia, que ya era suficiente y fue cuando me propusieron quedarme en la ciudad a atender cuestiones administrativas de una empresa prestadora de servicios y para la cual hoy trabajo”, finaliza Liliana.