23 noviembre 2024

COP28: mención a los combustibles fósiles, falta claridad sobre su salida y el financiamiento para la transición

La conferencia climática en Dubái cerró con un acuerdo para abandonar los combustibles fósiles pero falta de definiciones podrían Dificultar el cumplimiento.

Tras dos semanas de negociaciones, los textos finales consensuados por las partes muestran una ausencia notable de ambición y compromisos contundentes para una transición en términos de financiamiento y otros medios de implementación. Sin embargo, sientan un precedente inédito en el reconocimiento de los combustibles fósiles como parte del problema del cambio climático en una negociación multilateral.

Por primera vez en casi tres décadas, la necesidad de abandonar los combustibles fósiles estuvo en el centro de las discusiones. Sin embargo, el texto final del Balance Mundial resultante de la Cumbre del Clima en su edición 28 no logró consolidar una salida efectiva de la producción y el consumo de carbón, gas y petróleo, ni estableció quién debe ser la punta de lanza de ese proceso.


Asimismo, las menciones sobre triplicar las energías renovables son válidas, pero quedan sin fuerza y contienen un peligro para Latinoamérica y el Caribe (LAC), si se entiende que sólo se deben reemplazar las fuentes energéticas y no considera el apoyo económico necesario, la transferencia de tecnología y la construcción y desarrollo de capacidades. La Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) advirtió sobre el descontento de la sociedad civil con los resultados de la cumbre en la medida que se aleja del camino trazado por el Acuerdo de París de mantener la temperatura global por debajo de los 1,5 °C. 

Habiendo hecho claras referencias a la urgencia por el abandono de los combustibles fósiles y su fundamento científico a lo largo de las negociaciones, Antonio Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, reaccionó a la aprobación del texto del Balance Mundial en sus redes sociales interpelando “a quienes se opusieron a hacer referencias claras al abandono de los combustibles fósiles durante la COP28: aunque no les guste, el abandono de los fósiles es inevitable. Esperemos que no sea demasiado

Balance Mundial: Programa de Trabajo de Transición Justa

El Programa de Trabajo de Transición Justa (JTWP, por sus siglas en inglés) se creó en la COP27 con el objetivo de evaluar, diseñar y escalar caminos para lograr los objetivos del Acuerdo de París de forma justa y equitativa, sin dejar a nadie atrás. “Aunque desde la sociedad civil y en especial desde el Sur Global se esperaba que tuviera objetivos y accionables claros, los últimos no se vieron reflejados en el texto aprobado esta mañana en Dubai. Se tratará, finalmente, de una serie de diálogos y talleres en los cuáles los países intercambiarán buenas prácticas”, indicó Camila Mercure, analista de Política Climática en la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), que participó de la COP28 como integrante de la sociedad civil.

En los primeros días de la Conferencia de las Partes, más de 100 países firmaron una declaración sobre triplicar la generación de energía renovable al 2030. “La triplicación de energía renovable requiere financiamiento y representa un paso en dirección a la transición energética justa, siempre y cuando esté ligada a la eliminación progresiva de los combustibles fósiles, se lleve a cabo de forma que no se ponga en riesgo la integridad de los ecosistemas y de la biodiversidad y respete los derechos humanos”, dijo por su parte Laura Castillo Díaz, coordinadora del Programa Altoandinos en FARN, quién también estuvo presente durante las negociaciones en Dubai. Requiere, además, financiamiento por parte de los países con mayores responsabilidades históricas en la crisis climática, transferencia de tecnología y construcción de capacidades.

 “En vistas de la aprobación del Balance Mundial, y en relación con el Programa de Trabajo de Transición Justa, hemos vuelto al comienzo. Lo lamentable es que no hay tiempo para seguir conversando, es tiempo de actuar. El Programa debería ser más ambicioso y dar cuenta de cómo se logrará una transición justa, de acuerdo a las necesidades y prioridades de cada país, sin perder de vista las responsabilidades históricas, comunes, pero diferenciadas,”

 Sostuvo Mercure.                           

Adaptación

Los países no industrializados, entre ellos los de LAC, necesitan en esta década al menos 400 mil millones de dólares anuales para implementar las acciones de adaptación necesarias. El mecanismo para la adaptación debe ser predecible y equitativo. Victoria Laguzzi, analista de Política Climática de FARN, señaló que más que nunca, contar con suficiente financiamiento para la adaptación es un asunto de vida o muerte para los países más vulnerables al cambio climático”.

Esta discusión fue parte importante de la negociación del Marco de acción (framework) para el Objetivo Global de Adaptación (GGA, por sus siglas en inglés), y un aspecto de división entre los países del Norte y Sur.
     

El GGA es fundamental para los países de América Latina, incluida Argentina, en la construcción de resiliencia, reducción de vulnerabilidades y fortalecimiento de las capacidades de adaptación de las personas, los ecosistemas y la subsistencia. También, según explicaron desde FARN, es uno de los puntos más débiles de lo logrado en estas negociaciones.

Dentro del Balance Mundial, la presencia de la adaptación es menor y no refleja compromisos concretos. En cuanto al GGA, “durante casi dos semanas las discusiones se enfocaron meramente en cuestiones de formas, procesos y gobernanza”. Afirma laguzziEl texto final del Marco para el GGA contiene objetivos vagos y el vínculo establecido entre la nueva meta cuantificable de financiamiento y la adaptación es débil. Además, se estableció un programa de trabajo por dos años para continuar el trabajo”,. 

El Marco para la Meta Global de Adaptación necesitaba objetivos claros y cuantificables, con indicadores para evaluar su progreso y medios de implementación que indicaran quién y cómo se financiaría el avance, precisó Laguzzi. “Esta estructura podría ayudar a países en desarrollo como la Argentina a mejorar sus planes nacionales de adaptación de manera acorde a sus necesidades y prioridades, y con acceso a financiamiento para implementar esas políticas”     

En la intercesional de Bonn se desarrolló un diálogo técnico de expertos sobre “cantidad, movilización y provisión de fuentes de financiamiento” para avanzar en la definición de la nueva meta colectiva y cuantificada de financiamiento (NCQG, por sus siglas en inglés), que se terminará de definir en 2024.

El 2025 marcará el final de la meta de movilización de 100 mil millones de dólares de los países del Norte Global a los países del Sur Global, la cual al momento no se cumple. “Si bien la COP28 marcó algunos avances en lo que respecta a la nueva meta global, queda un largo camino por recorrer: cuánto será, quiénes integrarán la base de donantes y cuáles son las fuentes, entre otras. Lo que sí queda claro es que en estos tiempos, con las necesidades de mitigación, adaptación y pérdidas y daños, se debería hablar de una movilización de trillones de dólares del sector público en forma de donaciones”, aseguró Mercure.

Los países del Sur Global, según explican desde FARN, además de tener que abordar la crisis climática a través de medidas de mitigación, pero especialmente de adaptación, y de tener que atajar las pérdidas y daños, poseen una economía debilitada.
También, durante la COP28 hubo un fuerte llamado a transformar de forma simultánea los actuales mecanismos financieros internacionales, que con el sostenimiento de la deuda reducen espacio fiscal y no están alineados con las demandas de acción climática. Esta postura fue ampliamente difundida e incluso aplaudida durante la conferencia. 
Finalmente, el pasado martes 12 por la noche salió el último texto borrador sobre la nueva meta global.
Para FARN, el texto carece de sustancia, pero afirma y deja claro el proceso a seguir: tener un plan de trabajo para marzo 2024, llevar a cabo 3 diálogos técnicos entre las partes asegurando la participación de las no partes también -sociedad civil, pueblos indígenas, comunidades locales y juventudes, y la consideración de el financiamiento necesario para que todas las partes puedan asistir y asegurar su participación
El texto no incorpora ningún indicio sobre de cuánto será la nueva meta global, cuáles serán los mecanismos y quiénes serán los que proveen el financiamiento. Estos temas, de suma importancia para la operacionalización de la meta, deberán ser definidos en el 2024”,
remarcaron desde FARN