4 mayo 2024

Como casi todas las historias de aquellos intrépidos pioneros que se enamoraron del suelo Patagónico  hoy  compartimos los relatos de Don Alfonso Borquez  de ochenta y tantos juveniles años, muy bien llevados por cierto.     

Don Alfonso es hijo de padre Chileno, Don Manuel Segundo Borquez oriundo de la Isla Grande de Chiloé y de madre Española, Doña Crescencia Desideria Villarreal García, nacida en la provincia de Burgos, España. Doña Crescencia llego al puerto de  Buenos Aires con sus padres y dos hermanas más,  Julia y Mercedes, trasladándose más tarde a la provincia de Córdoba lugar  donde  residieron un tiempo, Allí nació la cuarta y última hermana  de Crescencia cuyo nombre no recuerda muy bien Don Alfonso. Más tarde  la familia Villarreal García  se mudaría a Mercedes en la provincia de San Luis y con el pasar de los años se pierde contacto con la descendencia que se dispersó por distintos lugares del país.

Doña Crescencia rumbo a la Patagonia        

Según cuenta Don Alfonso – “Ella, Crescencia, fue a visitar una hermana en Buenos Aires.  La hermana se había casado y  el esposo trabajaba en la Municipalidad de Buenos Aires, estaban muy bien.

Estando con ellos allí  cierto día  leyendo  un diario capitalino le interesó un aviso publicado donde decía que: “familia de la Patagonia necesita señorita para que los acompañe a cuidar a los hijos  en el viaje desde Buenos Aires a  Santa Cruz”-, fué, se presento le dijeron que la iban a llamar. Era un viaje bastante  largo de 60  y  hasta  90 días que se tardaba para llegar por tierra hasta la Patagonia. Recordemos que los coches en aquella época eran de ruedas macizas y no había asfalto, todos los caminos eran de tierra. Bueno, la llamaron, la eligieron a ella para que los acompañe.,

Estas personas eran familiares de los propietarios de la estancia “El Tero”. Es un campo  que se encuentra camino a Calafate. Llego cuidando los chicos y a los pocos días empezó a ayudar a trabajar en la cocina. Ahí lo conoció a mi padre, quien hacia como diez años que estaba trabajando en la estancia. Mi padre era uno de los que traían los *piños de animales a Rio Gallegos, cuando todavía no existía el puente de Guer aike y había que vadear el rio.”

Bueno…”  Dice don Alfonso “Se hacen amigos y  a mamá al parecer le gusto el desafío del sur porque  se queda definitivamente a trabajar en la estancia. Entre una cosa y otra, de amigos pasaron a ser novios y terminaron casándose. Es más, la fiesta de casamiento se hizo en la Casa del dueño  de la Estancia “El Tero”, don Juan Clark,  en Rio Gallegos  en la calle Don Bosco y Errazuris. Allí les hicieron el casamiento a mis padres, le regalaron todo, incluso el vestido de novia. Después de casados mi padre siguió  trabajando en la estancia junto a mamá unos cuantos años más.”

De la estancia El Tero a las Buitreras

Después mi papá se traslado a la estancia “Buitreras” como encargado de la sección – de Sollavela-, era un lindo lugar, además le gustaba trabajar en el campo pero cuando  alcance la edad escolar, tendría unos cinco ó seis años, para que no perdiera el colegio y entrar en tiempo justo, se compro un hotelcito aquí en Rio Gallegos y se vino al pueblo.”       

 “En esa estancia “las Buitreras”, nos criamos mi hermano y yo. Yo nací un  el 5 de enero de  1940  en Rio Gallegos y mis padrinos bautismales fueron Don Emilio García Pacheco y su señora  y un año más tarde nació mi hermano Manuel,  el 9 de marzo de 1941. Mamá dio a luz en la estancia  porque debido a la nieve y la escarcha no se podía salir, así que mi papá tuvo que ser el partero., 15 ó 20 días después del nacimiento recién pudieron traer a mamá y a mi hermano al médico para que controlara  todo y  según los dichos: papá había sido un excelente partero.

La migración de los Borquez  al pueblo de Rio Gallegos

 ¿Cómo era la construcción del hotel? -“Era un hotel construido con madera y chapa de cinc, sobre calle Zapiola 635 se llamaba “Los Angeles” construcción típica de la zona, aunque también había casas de piedras  y material.  No hay registros fotográficos de la construcción, porque después que se vendió una parte del hotel se prendió fuego y lo que estaba al lado del hotel También. Con la venta de ese  hotel papá compro un terreno en la calle Jofre de Loaiza 249 y ahí hizo un hotel nuevo, que se llamo “Rio Gallegos” ese hotel lo tuvo un tiempo y tuvo que venderlo porque había comprado otro una cuadra más adelante en J. de Loaiza  158 a metros de Zapiola, ese terreno tenía una casa vieja de piedra y lo transformo en un hotel  muy lindo con 12 habitaciones, baños, comedor, cocina y con una quinta en los fondos del terreno”, este último era el “hotel San Luis”.

Aun recuerdo como si fuera ayer…, “ A mi viejo cosechando de todo tipo de verduras; repollo, papas, zanahorias, arvejas,  frutillas, grosellas.  Antes la era común aquí  y  se daba todo lo que plantabas. En invierno mí papá tapaba los repollos con tierra negra y cuando mi madre le decía –che Manuel ¡podríamos hacer una ensalada de repollo para la gente!-.” –

 “Él iba y le traía dos repollos grandes totalmente frescos., Le cuento que  se mantenían mejor que en la heladera. Y a mi madre… la recuerdo trabajando en los quehaceres  del hotel y cantando sus canciones de España.

 ¿Alguna vez Doña Crescencia, volvió a visitar su pueblo en España?

No, nunca porque  ellos (ambos) fallecieron muy jóvenes, a  mi papá lo perdimos cuando yo tenía 17 años y cinco años más tarde con 52 años se fue mi madre.

¿Cómo eran aquellos días  en la estancia después del trabajo con la hacienda?

 “En las estancias, para la gente del campo era costumbre levantarse muy temprano, a las cuatro, cinco ó seis de la mañana, como mucho, para hacer los trabajos y después que terminaban y si les quedaba un tiempo libre salían a guanaquear, a cazar, zorros, avestruces. Después de la faena  juntaban las plumas de avestruz y  los cueros de las presas capturadas, las ponían en bolsas y las traían al pueblo para  venderlos. Se pagaban bien  de esa forma así iban juntando un capital más o menos interesante como para que pudieran comprar alguna cosa acá en la ciudad. Era Muchos sacrificios, repito,  pero se ganaba bien.”

¿Cuál fue la escuela que lo recibió aquí en Rio Gallegos?-

 “Fui al colegio 23 sobre Roca  (hoy  Avenida Kirchner) y Magallanes. Allí  termine la escuela primaria  (1945/1946) y después tuve que salir a trabajar. En aquellos años toda la calefacción del pueblo era a carbón. Carbón que  transportaba desde Rio Turbio (en la cordillera)  hasta la zona de puerto de Rio Gallegos  en el tren de carga, a este tren también  se le agregaba un vagoncito de pasajeros  por supuesto era una fuente  de trabajo importante en esos días en la zona portuaria.  Así que un día me levante temprano y fui a la zona del muelle donde llegaba el carbón y habían colas de  camiones para cargar,  ahí me fui a pedir trabajo, comencé como chofer,  y no había manejado nunca un camión pero me anime.

Recuerdo que el primer día cuando llegue tuve que hacer un montón de maniobras para atracar  y el viejito encargado  en el puerto se enojó y me  dijo que venga al otro día, entonces me fui con el camioncito hasta lo que es hoy la calle Asturias puse dos tambores grandes y empecé a practicar la entrada y salida el estacionamiento. Así al otro día me presente a cargar y lo estacioné perfectamente y el viejito me llamo y me dice: pero si usted maneja muy bien, ¿como hizo eso ayer?… y a mí no se me ocurrió mejor idea que decirle “lo que pasa que yo quería que usted se enojara…” y allí quedó la  anécdota. Después me compre mi propio camioncito un Ford 40. Bueno así empecé cargando carbón, y vendiéndolo fraccionado en el pueblo. Salía muy temprano para ganar el primer lugar  porque si llegabas tarde  por ahí no cargabas y tenías que esperar al otro día a la mañana para ser el primero, Llovía, nevaba, escarchaba  y había que estar. Así empecé. Pero hice de todo.

Después, me compre mi primera casa, solo trabajando, haciendo cosas,  manejando el hotel un poco y después lo alquilamos  definitivamente.

En mi época, todavía, cuando terminábamos el primario había que ir a cursar el secundario a Viedma  en Rio Negro. Tiempo después se   abrió   la escuela pero  yo ya  a los once años casi doce me fui a trabajar.  Trabaje en el almacén del señor Álvarez Llaneza (hoy no existe) que estaba en la calle San Martin 965, eran españoles. El apellido es  mera coincidencia  con el de  Llaneza actual,  le decían “Manolon”.

La cosa es ¿de qué trabajamos? Ahí realmente aprendí a trabajar. Aprendí lo que es moler vidrio, lavar los pisos, atender a los clientes, hice de todo en ese almacén. Pero  siempre trabaje con optimismo.

Un amigo Casimiro Pablo  Álvarez  que trabajaba en el correo, lo conocía a mi padre, fue y le dice: -“Eh Manuel porque no le dice a Alfonso que aprenda el alfabeto Morse y a los 5 o 6 meses se  presente”. Así fue que me puse a estudiar a prepararme y cuando vinieron los inspectores  de Buenos Aires  a tomarme una prueba para  aprendiz de radiotelegrafista, lo aprobé. Yo pensé que iban a demorar en nombrarme como aprendiz  radiotelegrafista. Y no,  a los 15 ó 20 días, más o menos  me llegó  el nombramiento.

Así que ahí aprendí a ir a trabajar  ya de traje, camisa y corbata, con el pelo corto, porque si no nos daban servicio en aquellos años. Fue mientras estaba trabajando en el correo que perdí a mi papá.  En el correo estuve hasta el año 1962 en que se me presenta otra oportunidad a través de  otro amigo me dice Alfonsito ¿no queres venir a trabajar conmigo a la Municipalidad? Yo necesito (…),  Lo pensé, renuncie al correo y empecé a trabajar en la Municipalidad en el año 1963.                                                                                                                                  

Foto: Marcelino García

(…) “Esa es una parte de nuestra vida. Después conocí a Isabel Orellano. Ella  es  hija de una  familia tradicional de aquí, nos casamos como Dios Manda, ante la Iglesia y por civil. Con Isabel tuvimos  dos hijos que nos han dado  nietos y bisnietos.  Y tengo mis dos nueras que valen su peso en oro”

¿Cuánto años llevan  de sociedad conyugal? 

-“56 años, tenemos una  hija de 55 años que es María Isabel, y Alfonso que llego once años más tarde. Después llegaron los nietos. El más grande es Nicolás de 31, María Candelaria de 26,  y tenemos un bisnieto  de parte de nuestra hija. Y de Alfonso son dos nietos;  Valentín de 10  y tomas de 14 años  que ahora  son muy mimados porque  son los más chicos               

 ¿Cómo llega Alfonso Borquez a la Política?… 

   Hablemos de los tiempos políticos de la década del 60, 70, 80-                

“Eran los tiempos políticos de los años cincuenta, sesenta. Tiempos complicados hasta que llego del General Perón al Poder. Llego Evita, y a mí me gustaban sus ideas. Comencé a seguirlos con el corazón, con la pasión  que se sentía por el caudillo, porque en aquellos años la política se hacía de esa forma,  muy distinta a la de hoy. Se tenían otros códigos y se era fiel a los principios y a la palabra proferida. ¡En fin otra época!- ya es historia.  Participé en el Peronismo desde muy joven, porque en el Correo el 99% éramos peronistas en aquel  momento, entre otras ideologías también.

 “En particular a mí me paso un caso un poco “simpático”.  Trabajaba mucho para el partido desde muy joven, a los 18 años  ya estaba  en consejo provincial de Santa Cruz, hacia las actas, ayudaba. Marcelino García era el presidente,  Marcelino es el padre de Eduardo (de la Heladería Tito) de Virginia García que fue diputada nacional y el abuelo de Rocío García.”

 A mí me viene a buscar un compañero porque  estaban reunidos en la casa de Don Jorge Cepernic  y me dice. “Ché,  te vengo a buscar porque te llama “don Jorge… (El gobernador no era gobernador, no habían habido elecciones todavía pero le decían “el gobernador” a Don Jorge)… y dice que vayas para la casa.”, Bueno me aliste y me fui  a la casa de Don Jorge, cuando entre a la casa  había una reunión muy, pero muy grande, me llamo para conversar conmigo y  le dice: a Eduardo Riquez, lo mira y dice: -Eduardo te quiero ofrecer el ministerio de Asuntos Sociales, ¿vas aceptar?”… ¡sí! – le contesta Eduardo y mirándome a mi me dice: “- y vos Alfonso quiero que seas el intendente de Rio Gallegos…”-  Yo tenía en ese momento 32 años y le contesto “Don Jorge pero no tengo experiencia para esto” – me responde: -Yo te voy a  ayudar, vos  vas a aprender lo que sea necesario.

Te voy a acompañar en la campaña pero vos tenés que ser el candidato a Intendente. ..”Había gente que creía que no le podía ganar a la oposición., Finalmente fui intendente., Gane las elecciones bien. Le gané a gente que creían que no se les podía ganar., Me cuentan (después) los más viejos que decían: “chau Alfonso”… y nos fue muy bien en esa intendencia. Hicimos 900 casas., Recuerdo que hicimos 240 dúplex (120 en calle O’nelli  (departamentos) y los otros en calle Alvear, donde funcionaba el corralón Municipal. Que  al día de hoy están muy bien ediliciamente. “Los hicimos tan bien que han pasado 40 y tantos años y todos están impecables como si fueran prácticamente nuevos”. Cuenta Dn. Borquez

Se controlaba muy bien todo, había personal que inspeccionaba las obras permanentemente. Hasta que vino aquel famoso 24 de marzo de 1976  que fue un quiebre institucional que deja malos recuerdos, porque hubo gente amiga que fue desaparecida, se sufrió mucho.  El peronismo siempre tuvo una parte por acá y otra por allá, dicen., Pero había lealtad.

Porque nosotros, por ejemplo, participábamos en las elecciones internas y el que ganaba trataba de darle una mano al que se había quedado. Entre todos nosotros decíamos “el gana gobierna y el que pierde ayuda a gobernar” y todo esto se llevaba a cabo sin ningún tipo de problema. Igual tuve suerte, a mí los militares nunca no me molestaron.

 “Solo hubo un hecho, recuerdo una vez un acta, porque  que yo manejaba el matadero que estaba  en la calle Avellaneda  ¿cómo trabajaba con ese matadero?”, con ganas de hacer daño me daba la impresión. Según me hizo el comentario un comisario de policía que estaba trabajando en esos momentos en la Municipalidad  como ayudante del comándate y del que estaba en la intendencia.

La cuestión es que me vienen  a hacer el acta y me dicen: –bueno, firmarla  ¿yo?, dije; -No, no yo quiero decir algo-, nunca me llamaron, nunca más vi el expediente desapareció totalmente. No sabía lo que estaba pasando sino a lo mejor no lo hubiera hecho.

 “Y tengo un privilegio fui intendente a los 33 años, en 1983 fui Presidente del IDUV, posteriormente al otro año fui Ministro de Asuntos Sociales. Y camino feliz todos los días  por todas las calles de mi ciudad donde he nacido”.

Recuerdo que Don Cepernic, era auténticamente un líder en la Provincia de Santa Cruz. Yo llego a la intendencia de Rio gallegos en 1973, y me atrevería a decir de La mano de Don Jorge; el que me llevo de candidato a intendente, me acompaño casa por casa de Rio Gallegos, conversando con la gente, diciéndoles porque tenían que votar al peronismo. Don Cepernic llego a la gobernación con muchísimos votos, y no solo del peronismo sino por gente que tenía otras ideologías, aquella elección de 1973 fue realmente contundente, a nivel nacional la formula   del FREJULI era Perón Isabelita”

La política de aquel entonces era distinta a la de ahora, había lealtad, pero también había reconocimiento por la oposición. Todos participábamos, no por interés económico sino que participábamos en la parte política porque todos  queríamos que las cosas funcionaran, que nos fuera mejor. Por patriotismo.

Después se unió a “Tommy” Rodríguez cuando se presento para Intendente.

“Tommy  fue un amigo total para mí, buena persona, muy honesto, muy trabajador, buena gente. Tomás Rodríguez fue una persona macanuda y tengo muchos amigos que no son peronistas pero que son buenos amigos.  Yo no creo en la famosa grieta, ¿para qué dos partes?,  la provecharon para hacer una elección la grieta no, los Argentinos a esta altura de la vida lo que queremos es paz es, trabajo.”

Mirando atrás, sus propias vivencias no encajan en el modus vivendun de hoy, ¿verdad?

-“En la Municipalidad, por ejemplo, era un compañero más de trabajo, me levantaba muy temprano  y a las siete y media estaba  en el corralón  viendo que se hacia ese día, en tal parte y en tal otra con los capataces, los secretarios de Obras Públicas. Con el Director de O. Publicas para armar todo el trabajo. Cuando podía me escapaba con el coche de la Municipalidad a ver donde estaba trabajando una parte o donde estaba trabajando otra”.  “Hoy todo es muy diferente…”

Recordemos ¿qué población tenía el municipio en ese entonces…? Si bien es difícil recabar datos precisos sobre la cantidad de habitantes  en el año 1973  según el censo de l980  eran más de 40.000 habitantes.

      *  Ref: Dra. Pamela Sosa – Doctora en Ciencias Sociales. Becaria posdoctoral del CONICET. – Estudios Socio territorialesISSN 1853-4392