“Joaquín Llora”
(Cuento ganador del concurso literario de la policía Santacruceña, organizado por AMSA y el escritor Natalio Jesús Giménez año 2012)
Era un día Viernes 15 de octubre, que el viento soplaba a 40 Km/hrs. aproximadamente, produciéndose una deflación, trayendo consigo toda la basura de material mixto,acumulada sobre las calles la que se agolpaba en los cristales del ventanal de la peluquería, ubicada en el sector sur ponientede la ciudad de Río Gallegos.
Fue entonces que llegó un joven a última hora, que pacientemente esperó ser atendido. Sus rasgos europeos,propios de lugares costeros de las zonas húmedos del noreste Argentino eran evidentes a simple vista.
Cuando le tocó su turno, se sentó en el sillón de corte frente al espejo, mientras las manos de la peluquera explorabansu cabellera con la máquina en sentido ascendente, él refirió sentirse a gusto con la melodía ambiental del local.
Posteriormente comenzó a contarle a la mujer un sinfín de cosas que resultaron ser preocupantes, sintiéndose ella un poco inoperante, por tal motivo prefirió mantener la escucha activa, para que aquel joven se descargara emocionalmente.
En ese instante el corte y el estilo del cabello fue menos importante, a pesar de ser el americano o sombreado la opción común de cualquier fuerza uniformada. Un par de cafés, y unos scones sobre la mesita ratona los esperaban para comer y seguircharlando. La profesional de bellezacambió el CD, que había sonado repetidas veces toda la tarde en el salón. Continuando con música tranquila, puso las melodías orientales de Loreena Mckennitt, suave y penetrante como para tratar el alma, creyendo que sería una buena terapia para este hombre.
Externamentese le observó con un aspecto físico tipo ectomorfo, y su rostro aparentaba agobiado ojeroso. Se le notaba el corazón destrozadopor su voz pausada ,quebrantada mientras iba narrando las veces que su pequeño Joaquín lloraba buscando la teta, los brazos, el calor y las caricias de su madre , que se despertaba por las noches muchas veces, que lo calmaba meciéndolo incansablemente y rezando para que además él como padre no tuviera que hacer guardias nocturnas rondando las calles en el desarrollo de sus funciones como policía.
Ese día estando en la peluquería recordó a uno de sus compañeros que le había comentado que en los negocios de barrios se sabe de todo, de la gente que busca trabajo y demás. Ocasión que encargó de alguna mujer responsable que deseara cuidarle a Joaquín cuando él acudía a trabajar, ya que además reconoció lo mucho que le costaba salir de su casa para ir a la comisaria, en sus roles superpuestos, inmensamente difícil de sobrellevar.
Le contó que estuvo conviviendo poco más de un año y que él la amaba sin admitir errores, la veía como la más perfecta y fina dama; pero se lamentó haber sido muy crédulo, muy iluso al no haber dado crédito a un sin número de evidencias que le alertaban una relación sin un anclaje real. Las supuestas llamadas anónimas,el constante sonido del celular que anunciaba algún mensaje, el estado de ánimo variable de su pareja y losviajes sin justificación alguna a Buenos Aires, eran motivos suficientes como para haberse dado cuenta de la situación de pareja. A medida como fueron pasando los minutos. Facundo describió el día que regresó a su hogar después que había concurrido como policía a resguardar la integridad física de una mujer frente a un marido violento, sin ni siquiera imaginarse que más tarde él mismo viviría un panorama angustiante como el que se encontró en el departamento que alquilaba con la mujer que adoraba. Apenas puso un pie adentro, ella le dijo “Me voy”…moviendo la cabeza recordó que su cuerpo sufrió un estado de rigidez que nunca había experimentado por el impacto de los dichos de su amada y por la escena queestaba presenciando. Que también fue como clavarle una lanza en el pecho, Sintió que le arrancaban el alma. ¡La esperanza, ilusiones y todo se había esfumado como actúala naturaleza del viento en la Patagonia! Que entre ambos se inició una discusión descontrolada, y fuera de razonamientoporquenunca antes ni durante toda la relación ella no le contó sino cuando se iba,que era casada con un buen hombre, empresario bastante mayor y que tenía dos hijos varones en Buenos Aires, que la extrañaban y necesitaban como madre, que la casa que tenía con su marido constaba con todas las comodidades que él no podía darle como cabo de la policía. Que ella había argumentado haberse dejado llevar por la fuerte atracción que sintió por él cuando chateaban por internet motivo que la hizo traspasar los límites y olvidar el pacto matrimonial y que por lo mismo decidió venirse al sur para encontrarse y enredarse en amores con un uniformado perteneciente a la policía santacruceña,que ella siempre había anhelado casarse con un policía.
Todo fue irremediable, seguía lamentándose… que ella tomó un taxi y se fue al aeropuerto con la bebey sus bolsos que puso el chofer en el maletero, dejándoletambiéna uno de los mellizos de treinta días de nacidos como si fuerandesconocidos… se marchó…¡Ni un beso le dio al inocente Joaquín en su despedida!
Cuando pasaron los días, refiere Facundo que intentó hablartelefónicamente muchas veces con la madre de sus hijos para saber de su linda y angelical Maquita que extrañaba y que añoraba tanto al ver su cuna vacía…pero el celular permaneció apagado. La peluquera desde que supo del abandono maternal del hermanito, no pudo despreocuparsehasta soñaba con Joaquín, soñaba por las noches escuchándolo llorar, hablaba diciendo ¡Joaquín llora! con ello despertando a su esposo. Lo soñaba en sus brazos , mudándole los pañales ,cantándole canciones mientras lefabricaba un móvil con pelotitas de lana con diferentes colores para entretenerlo .Día a día consultaba a todas las mujeres que llegaban a tratarse el cabello ,buscando la posibilidad que alguien ayudara a Facundo en su labor de padre, pero algunas al escuchar el relato de la situación rechazaron la oferta porque creían que correrían el riesgo de encariñarse con la criatura.
Finalmente encontró a una señora con buenas recomendaciones para cuidar a Joaquín, Llamó muchas veces al Celular de Facundo pero él nunca contestó.
TalithaCumi
Seudónimo que utilizo María Elena Silva Badilla para participar con este cuento,