La cuestión va más allá de un pene…
Han pasado 15 años de la aprobación de la ley de “Educación Sexual Integral” y que ha sido de un gran avance, tema que quedó allá lejos y hace tiempo en manos de la docencia la implementación de la Educación sexual integral (ESI) en las escuelas. Los métodos anticonceptivos que se están promocionando hoy en día evidentemente no son suficientes, todo surge a partir de la viralización que se generó por la compra de miles de penes de madera para realizar campañas de educación sexual integral, algo que no hizo más que confirmar el tabú que sigue siendo el sexo y la necesidad de debatir sobre derechos y conocimientos en materia de educación sexual y procreación; en la escuela, en la familia, en la sociedad toda
La compra de penes pulidos de madera, como material ilustrativo y de enseñanza está muy bien, porque incitan al uso del preservativo masculino. Sin embargo, hoy en día sabemos que uno de los mayores problemas en las relaciones sexuales es que el hombre no quiere usar preservativo porque le aprieta, porque le incomoda, porque siente menos. Entonces frecuentemente es el hombre quien incita a la mujer a la no utilización del preservativo.
Me pregunto porque no enseñan sobre el uso y la aplicación del preservativo femenino, en donde es la mujer quien tiene la decisión de elegir, o no, utilizar el método de profilaxis que más le convenga.
Entonces se habla exclusivamente en recurrir a pastillitas anticonceptivas, más la utilización de un montón de métodos que no evitan las enfermedades de transmisión sexual, y ¿donde están los preservativos femeninos que desligan la decisión del hombre de utilizar un método de barrera que evite el embarazo y la transmisión de enfermedades?, porque la educación solamente se centra en que la decisión sea del hombre.