Carta de un Milico
“Me enseñaron a defender la constitución de la república, a ser leal a mi Presidente, respetar a mis superiores y a velar por mis subalternos, a cuidar lo mío porque es mío, lo privado porque es ajeno y lo público porque es de todos…”
Me educaron en los valores de: honestidad, abnegación, respeto y obediencia.
A cumplir órdenes sin cuestionarlas, a respetar a mi Presidente como Jefe máximo de las Fuerzas Armadas.
Soy ese soldado que olvidan, al votar el presupuesto. Ese mismo que intentan disolver. Ese mismo que en las catástrofes se suma; cuando la creciente arrecia a su paso, ó en las sequias cuando el fuego apremia, Ese uniformado que sube al camión y brinda todo lo que puedes con lo que tiene.
Ese soldado que orgulloso se pone el casco (azul, blanco ó verde) y representa “Mí País” en otras tierras lejanas, y no reclama reconocimientos.
Ese soldado perseguido por los errores que otros realizaron y empero que jamás premiaron los aciertos del Presente…
Ese Soldado que aunque sabe que su salario no alcanza se pone feliz al saber que “la señora” otra vez va tener familia y sigue adelante por esos gurises que hace años están criando!…
“Por eso muchacho, vente tranquilo a mi casa, siempre habrá lugar en la mesa para agregar a un soldado y una más historia que escuchar”.
“Trae tu mate, sentémonos a charlar, quiero decirte algo sobre tres palabras; ENTREGA, RECTITUD y NOBLEZA más lo que ellas significan, no para un entendido, sino para la alforja de un bien formado”.
En éste, mí país, nuestra argentina, hay tantas cosas que; a mí edad ya no concibo, pero intuyo el sentido de esa palabra que muchos suelen usar cuando hablan de mí como “el MILICO”. Empero ¡que sabrán ciertos pazguatos de éstas disciplinas!.
MILICOS, fueron los que dieron su vida, desde San Martín a la fecha luchando, por nuestro espacio territorial, por el país democrático del que hoy gozáis. “Milico”… Sí, soy yo, una VOCACIÓN y más que eso, es un HONOR SERVIR A MI PATRIA. “Te puedo enseñar el pilar de mis valores, más allá de tantas cosas que nos pasan. Empero, aun hoy [y sin dudarlo], cuando el deber me llame sabré cumplir “a la orden de mí Superior”. Soy un ‘viejo’ soldado; orgulloso de mi profesión, y de servir a mí patria.
Carta anónima de un “Milico”