11 septiembre 2025

Un cambio de paradigma en la salud oral integral: de implantes dentales metálicos a implantes libres de metal

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Por los doctores Daniel Olmedo, Deborah Tasat, Adrián Di Sanzo, Juan Pablo Gramajo y Enrique Reinprecht.

La pérdida de piezas dentarias no es solo un problema estético: compromete la función masticatoria, genera trastornos alimenticios y acelera el envejecimiento prematuro. El impacto alcanza tanto la salud física como psicológica.
De los 8.000 millones de habitantes en el Planeta, apenas 34 millones logran acceder a implantes dentales anualmente, dejando afuera a millones de personas que los necesitan y quedan marginadas por motivos económicos dado que la salud pública no les brinda cobertura.
En 2009, durante el debate del Obamacare, el entonces presidente Barack Obama advirtió que incluir la implantología oral en la cobertura pública podría ahorrar al sistema de salud trillones de dólares, al prevenir complicaciones derivadas de la pérdida de piezas dentarias: desde trastornos digestivos hasta enfermedades sistémicas y pérdida de productividad.
Aunque la propuesta nunca se implementó, la evidencia científica actual sugiere que quizá fue prudente esperar: en aquel momento, los implantes dentales disponibles eran solamente metálicos – de Titanio, y hoy contamos con implantes cerámicos libres de metal – de Zirconia, una alternativa más biocompatible, segura y sustentable, aprobados por FDA, ANMAT; ANVISA y CE, que representa un verdadero salto de calidad para la salud pública.
El problema oculto de los implantes dentales metálicos
La mayoría de los implantes actuales son fabricados en titanio, un metal resistente y biocompatible, pero que con el tiempo sufren de “Bio-tribocorrosión”, un proceso de desgaste y corrosión que libera partículas metálicas que podrían provocar inflamación crónica, periimplantitis y favorecer enfermedades neurodegenerativas, cardiovasculares, artritis, e incluso más graves.
Investigadores europeos, encabezados por el Dr. Johann Lechner, encontraron que el hueso alrededor de implantes de titanio puede sobreexpresar hasta 30 veces la quimiocina RANTES, un mediador inflamatorio asociado en la literatura a progresión tumoral en cáncer de mama y ovario. Aunque no prueba causalidad, el hallazgo eleva la plausibilidad de que los implantes metálicos contribuyan a microambientes inflamatorios que favorezcan enfermedades oncológicas en pacientes predispuestos.
Hoy, prácticamente todos los implantes en uso son metálicos. Sin embargo, en los últimos 15 años surgieron biomateriales cerámicos de alta resistencia, que ya representan el 4% del mercado global y crecen de manera acelerada. Estas cerámicas —en especial la zirconia estabilizada con itria (Y-TZP)— no se oxidan, reducen la acumulación de bacterias, no interfieren con el organismo eléctrica ni térmicamente, y han demostrado ser resistentes y confiables. Estos implantes cerámicos ya cuentan con aprobación de FDA, CE, ANVISA y ANMAT, y se encuentran disponibles en múltiples marcas en varios países, y recientemente en Argentina y en la región.
Lo que comenzó como una alternativa para pacientes con alergias o hipersensibilidad a los metales, hoy se está convirtiendo en la opción preferida de un número creciente de personas conscientes de los posibles riesgos asociados al titanio. La transición recuerda a lo ocurrido con las amalgamas de mercurio, que durante décadas fueron estándar y hoy se encuentran en retroceso, y prohibidas en varios países, por su impacto negativo en la salud.
Así, la implantología oral mundial avanza hacia una nueva era biológica, sustentable y centrada en la salud integral, que promete mejorar la calidad de vida de millones de personas.
Evidencia científica desde Argentina
En Argentina, el Dr. Daniel Gustavo Olmedo, Profesor Titular de la Cátedra de Anatomía Patológica de la Facultad de Odontología de la UBA e Investigador del CONICET, lidera desde hace más de 25 años investigaciones sobre esta temática en el Laboratorio para el Estudio de Biomateriales, inicialmente de la mano de quienes fueran sus maestros los Profesores Dres. Rómulo L. Cabrini y María B. Guglielmotti.
En articulación con la Dra. Deborah R. Tasat, profesora de la UBA y Directora del Laboratorio de Biotoxicología Ambiental de la UNSAM – CONICET , y con el Dr. Gustavo Duffó Investigador del CONICET y Jefe del Departamento de Corrosión de la Gerencia de Materiales de la CNEA, este equipo interdisciplinario argentino se convirtió en referente internacional en el estudio de la “bio-tribocorrosión”. Su investigación combina análisis de muestras humanas, ensayos in vitro y modelos animales para entender cómo los implantes interactúan con el organismo y cuáles son las consecuencias de su degradación.

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¿Qué es la Bio-tribocorrosión?
El titanio, material metálico más utilizado en odontología y ortopedia, se considera altamente biocompatible gracias a la formación espontánea de una capa de óxido de titanio que protege la superficie del implante. Sin embargo, esa barrera puede alterarse y permitir la liberación de iones y/o partículas metálicas al entorno biológico. Esto ocurre por:

  • Corrosión electroquímica (contacto con tejidos y fluidos).
  • Desgaste mecánico o fricción (micromovimientos, fricción, o incluso procedimientos terapéuticos para mantener los implantes, entre otros factores).
  • Cuando ambos procesos se combinan, hablamos de tribocorrosión; y en el organismo humano, específicamente, de “bio-tribocorrosión”.
    Hallazgos clave
    Los estudios del grupo han demostrado que:
  • Cualquier superficie de titanio puede sufrir “bio-tribocorrosión” con el tiempo.
  • Se han hallado partículas metálicas en tejidos periimplantarios, mucosa bucal y lesiones periimplantarias en pacientes con implantes fracasados.
  • En modelos animales, estas partículas se detectaron en órganos de alta actividad inmunológica —hígado, bazo, pulmones e incluso cerebro—, donde pueden inducir estrés oxidativo e inflamación crónica.
  • Las consecuencias clínicas pueden ir desde reacciones leves hasta pérdida de oseointegración, movilidad del implante y fracaso del tratamiento.
  • Publicaciones en revistas internacionales especializadas en biomateriales validan estos hallazgos y confirman que la “bio-tribocorrosión” es un riesgo potencial local y para la salud sistémica. Cabe destacar que no todos los pacientes responden igual: algunos presentan reacciones mínimas, otros complicaciones de mayor magnitud, y muchos permanecen asintomáticos durante años.
  • Lejos de generar alarma, estos hallazgos apuntan a anticipar riesgos y a diseñar protocolos de prevención y tratamiento
    Soluciones clínicas desde Argentina: protocolos para la transición
    Tres referentes argentinos, que lideran científica y médicamente esta transformación: el Dr. Adrián Di Sanzo, el Dr. Juan Pablo Gramajo y el Dr. Enrique Reinprecht, aportan su experiencia clínica para transformar esa evidencia en práctica médica con soluciones concretas.
    La evidencia científica sobre los riesgos de los implantes metálicos ha impulsado el desarrollo de un enfoque clínico integral, que combina medicina regenerativa, terapia neural y nuevas generaciones de biomateriales cerámicos.
  1. El diagnóstico y la medicina regenerativa (Dr. Adrián Di Sanzo)
    “Sería éticamente incoherente que un profesional informado siga colocando implantes metálicos cuando ya existen alternativas cerámicas, científicamente avaladas.” — Dr. Adrián Di Sanzo
    El Dr. Adrián Di Sanzo, médico (UBA) y referente en medicina regenerativa e integrativa, documenta desde hace más de 30 años la relación entre los metales en la cavidad oral y la aparición de enfermedades crónicas y degenerativas. Su práctica clínica y la literatura internacional coinciden: los implantes de titanio no son biológicamente inertes, sino que sufren bio-tribocorrosión, liberando partículas nano y micrométricas capaces de:
  • Activar macrófagos y cascadas inflamatorias (IL-1β, NF-κB).
  • Inducir sobreexpresión de quimiocinas como RANTES/CCL5, vinculadas a enfermedades autoinmunes, neurodegenerativas, cardiovasculares y oncológicas.
  • Favorecer la colonización bacteriana y la periimplantitis crónica.
  • Diseminarse hacia ganglios linfáticos y órganos (hígado, bazo, pulmones, cerebro).
    La medicina regenerativa, aplicada a la implantología, ofrece un camino transformador: reemplazar los implantes metálicos por cerámicos de zirconia Hoja 4 de 10
    NOTA PARA PRENSA – 09/09/25 –
    Un cambio de paradigma en la salud oral integral: de implantes dentales metálicos a implantes libres de metal
    (Y-TZP), combinados con protocolos regenerativos que potencian la oseointegración y la salud sistémica:
  • Células madre autólogas para regeneración ósea.
  • Plasma rico en plaquetas (PRP) como bioestimulante.
  • Hormonas bioidénticas (progesterona, testosterona) para equilibrar la respuesta metabólica.
  • Terapias adyuvantes: ozonoterapia, terapia neural y ortomolecular.
    Este abordaje no solo asegura una implantología más segura y duradera, sino que también reduce el riesgo de inflamación sistémica y enfermedades relacionadas.
  1. La remoción neurofocal y la autorregulación (Dr. Juan Pablo Gramajo)
    “La boca no puede desvincularse del resto del cuerpo. Cada implante metálico puede convertirse en un bloqueo que impide sanar al organismo.” — Dr. Juan Pablo Gramajo
    El Dr. Juan Pablo Gramajo Salomón, cirujano maxilofacial y referente en odontología neurofocal y terapia neural, ha desarrollado protocolos clínicos para la remoción segura de implantes metálicos y amalgamas en pacientes con enfermedades crónicas.
    Los implantes de titanio pueden actuar como “campos interferentes”, bloqueando la comunicación bioeléctrica del sistema nervioso autónomo y limitando la capacidad de autorregulación del organismo. La terapia neural odontológica, mediante aplicaciones de procaína en cicatrices, mucosas y zonas interferentes, restablece la coherencia neurovegetativa.
    Gramajo subraya la importancia de la remoción bajo protocolos estandarizados, acompañada del saneamiento de cavitaciones óseas (FDOJ), áreas de necrosis muchas veces invisibles en radiografías convencionales pero asociadas a inflamación crónica.
    Diversos estudios muestran que las partículas liberadas por titanio inducen citoquinas proinflamatorias como TNF-α y RANTES/CCL5, perpetuando inflamación de bajo grado (“inflamación silenciosa”) con consecuencias sistémicas.
    En la práctica clínica, los pacientes sometidos a remoción de implantes metálicos y terapia neural reportan:
  • Disminución del dolor crónico y cefaleas.
  • Mejora de la energía y estado de ánimo.
  • Reducción de procesos inflamatorios sistémicos (digestivos, articulares, neurológicos).
  • Mejor cicatrización ósea e integración de implantes cerámicos posteriores.
  1. La nueva generación de implantes (Dr. Enrique Reinprecht)
    “Estamos viviendo un cambio cultural en la odontología. Cada vez más pacientes comprenden que lo que sucede en la boca repercute en todo el organismo. La implantología cerámica no es solo una técnica: es un paso hacia una odontología más respetuosa con la biología humana.” — Dr. Enrique Reinprecht
    El Dr. Enrique Reinprecht, pionero de la implantología oral cerámica en Argentina y fundador de la Sociedad Argentina de Implantología Cerámica (SADIC), ha sido clave en la difusión y aplicación clínica de los implantes de zirconia (Y-TZP).
    Su experiencia clínica refleja una tendencia global: los pacientes llegan cada vez más informados, preguntando directamente por alternativas libres de metales. La motivación no es solo estética, sino también preventiva, buscando evitar la inflamación crónica y los riesgos sistémicos asociados al titanio.
    La evidencia internacional es contundente:
  • Las tasas de supervivencia de implantes cerámicos a 5 años alcanzan el 95–98%, comparables al titanio.
  • Estudios demuestran menor adhesión bacteriana, menor inflamación en tejidos blandos y excelente bio-integración gingival y ósea.
  • Ya están aprobados por FDA, CE, ANVISA y ANMAT, y en países como Suiza, Alemania y EE.UU. son estándar en clínicas de vanguardia.
  • En Argentina y Brasil, la demanda se duplicó en el último año, reflejando un boom de la odontología sin metales en Latinoamérica, alineada con el estilo de vida saludable de pacientes que buscan coherencia entre alimentación, ejercicio, medicina preventiva y odontología biológica.
    Hacia un protocolo integral
    La articulación de estos tres enfoques —la medicina regenerativa de Di Sanzo, la remoción neurofocal de Gramajo y la implantología cerámica de Reinprecht— constituye un protocolo clínico integral que ya posiciona a la Argentina, a Brasil y a la región como referente mundial en implantología oral libre de metales.
    Este nuevo paradigma no solo busca revertir las complicaciones de los implantes metálicos, sino también ofrecer a los pacientes una odontología más biológica, ética y sustentable, con impacto positivo en la salud pública y en la calidad de vida a largo plazo.
    Argentina como epicentro científico y clínico
    En el actual escenario, Argentina se posiciona como epicentro en esta transformación global, al organizarse en la Ciudad de Buenos Aires la Primera Cumbre Mundial de Implantología Oral Libre de Metales, los días 24 y 25 de octubre de 2024 : “Ceramic Implant Summit”.
    El evento reunirá a más de 20 referentes internacionales de América, Europa y Asia, con el respaldo de instituciones y profesionales provenientes de la UBA, la AOA y SADIC (Argentina), ABICERAM (Brasil), ESCI (Suiza), EACIM (Francia), IAOCI (EE.UU.), entre otras, además del apoyo de empresas como ser OSDE y GUM (Sunstar), entre otras. Se disertará ante un elevado número de profesionales que asistirán presencialmente o vía streaming, y será traducido a varios idiomas en simultáneo, gracias al uso de la inteligencia artificial.
    El evento es liderado por MABB, emprendimiento científico-tecnológico internacional, reconocido internacionalmente, que impulsa la transición hacia una implantología libre de metales. Nacido en Argentina en el 2006; hoy integra alianzas y socios en Brasil, EE.UU. y España. MABB articula ciencia, industria y práctica clínica para reemplazar los implantes metálicos de titanio por soluciones cerámicas biocompatibles, seguras y sustentables. Con la misión de impacto económico, social, ambiental y científico, MABB busca mejorar la calidad de vida de millones de personas y posicionar a la región como epicentro de la innovación en salud oral con impacto integral, a nivel global.

Fotos: https://pixabay.com/

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