23 noviembre 2024

¿Vendrá Santa Claus este año?

Hay tanto para hablar pero poco para decir sobre lo que tenemos y queremos, que la irrefutable verdad se monta en los hechos del diario vivir en el calendario gregoriano de este 2023 al que se le van cayendo las hojas y en la número doce aparece el balance. Sea por la aproximación de las fiestas de la cristiandad o del año nuevo por venir es un clásico escuchar: “ya está, esperemos que el otro año sea mejor”.

Un momento bisagra para la humanidad donde se instaura un alto para los reencuentros, agasajos y expresiones de buenos deseos. Acompañando tal inevitable cambio la orgia de los festejos para dar vuelta la página y retomar la marcha con nuevos bríos y renovadas fuerzas.

Quiérase o no son días de arqueo y reflexión, donde el Yin y el Yang te recuerdan que todo lo malo siempre tiene algo de bueno., aunque el “quid the cuestión” es HOY y AHORA, porque las morriñas quedaran en el pasado frente a un mañana donde todo está venir.

Empero, en la intimidad de estos días tan calientes como especiales está incluida la telefonía inteligente, con el rol de la conectividad en pasado y presente. Full time las veinticuatro horas con un “ring tone” sin descanso que resulta poco encantador, a veces, sobre todo cuando salta un reclamo en la agenda afectiva, ahí se gargajean los “oooooh” y se cae la ficha de algún que otro olvido.

En la conquista de espacios ganados y también perdidos se encuentra la familia, el trabajo, los amigos,  que reclamaran sin juez ni testigo los cientos de besos, café y flores que no se dieron en persona. Frases al pie de una fotito ó un emoticón por saludo que al leerla, más de una vez, nos saco una sonrisa aunque ella no dio por cumplido la presencia física.

Abrazos y “apapachitos” de quienes están en la lista de los afectos y hacen más llevaderos los días y que al terminar el año justamente esos no están, No están para el videíto o la frase motivadora que enmarquen la profundidad de esos sentimientos que expresamos por mensajitos. El reproche y el peso de la culpa se instala en la conciencia y a quien a reclamar si no es al “señor Después”.    En tanto se elucubran justificaciones y se reintenta la conciliación con el entorno familiar y los amigos el rey de la casa está, siempre está atento y cariñoso con su amo sin quejas y sin ningún gremio que lo represente más que la propia ternura por un plato de comida. Y en esta monserga de la antesala de de las fiestas no hay mucho más para decir entre bambalinas, solo el espacio suficiente para preguntar al cosmos ¿Qué traerá en la mochila el 2024?

Por Gladis R. García | Periodista y Directora